Su foie rallado es un ticket directo al cielo. Primero se compacta en boca y luego se funde. Mezcla de texturas, juego de contrastes. Una cucharada de este delicioso manjar basta para entender de qué trata la cocina de Bistró Ambrosia.
A la China Bazán se le ve más cómoda que nunca en este nuevo entorno. Alegre, energizada, llena de ideas y con todo el sabor que siempre la ha caracterizado.
El nuevo local del cuarto piso del MUT le sienta bien a Ambrosía Bistró. Abrió solo a mediados de noviembre y aún no cuenta con patente de alcoholes, pero eso no impide que la afluencia se mantenga constante.
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Es un espacio mucho más amplio, con una gran barra central en forma de U que rodea la cocina y altos ventanales que dan de frente a la ciudad. Su sala principal es luminosa, diseñada por la interiorista Macarena Canales (@interiorismo_arquitectura) y las paredes están decoradas con un mural de tonos azules, rosados y violeta del artista Santiago Salvador Ascui (@santiagoascui).
La filosofía del Ambrosía Bistró se mantiene intacta y es la temporada la que sigue marcando las directrices de su carta. La mayoría de los platos del antiguo local se mantuvieron, como su adictivo Raviol Solar, pero también se agregaron algunos nuevos.
Para comenzar pida el Tártaro de pescado. Viene con una granita de piure -bien fría y yodada- que activará de inmediato tus papilas gustativas.
De fondo, la Carrillera. Tierna, sedosa y jugosa, servida sobre arroz atomatado y terminada con un mole, receta de una cocinera mexicana que trabajó con la chef. Un espectáculo.
Guía Comino: Reseña Ambrosía Bistró
Una buena razón para sentarse en la barra es la experiencia omakase ($50.000). Siete tiempos elegidos por la chef, para quienes gusten probar varias opciones de la carta. Ideal para turistas con poco tiempo o que tienen una sola oportunidad de visitar Ambrosía Bistró.