Basta con echar un vistazo sobre la estación de Nicolás Riquelme, dueño y barista, para saber que en Café Black Mamba tu taza va a salir justo como la esperas. Maneja su oficio al milímetro: cada cafetera y pesa en su lugar, el molino impecable, la Marzocco sonando melódica y entregando un café que de lejos ya huele equilibrado. Lo mejor: utilizan granos tostados por Original Green Roasters.
Paloma Valdéz, dueña y administradora, cuenta que el nuevo local de Eliodoro Yañez 1200, Providencia, les sienta bien. Duplicaron asientos, pero el servicio aún es rápido y cercano. Más allá del cambio de look y ubicación, este sigue siendo el mismo Black Mamba de siempre.
“Tuvimos que hacer el proyecto eléctrico, el sanitario, muchas instalaciones. Hemos aprendido mucho en esta experiencia. Es distinto llegar a un local que ya está medio armado a empezar uno de cero. El layout de la barra, los molinos, todo está hecho a medida”, cuenta Paloma.
Su diseño interior, hecho por Estudio Bravo, es brutalista y deja muchos de los materiales de la obra gruesa a la vista. La belleza de lo inacabado. Los tubos de luz que cuelgan del techo aportan a una estética industrial y el mobiliario de madera de acacia le entrega una calidez necesaria al espacio.
La propuesta de cocina de Black Mamba es democrática, tanto en precios como en variedad. La gran mayoría de su carta es vegana o vegetariana y tienen preparaciones -dulces y saladas- para celíacos. Toda su repostería, salsas y encurtidos son hechos en casa. El pan lo trabajan con La Popular Pizza y Pan, Carrito y Buenos Panes.
Prueba las Tostadas Palta ($4.900) en pan hogaza de masa madre, con tomates cherry de buena calidad y dukkah, una mezcla de frutos secos, semillas y especias, al estilo de Medio Oriente. Si busca algo distinto, las Tostadas Hummus ($4.700), con un exquisito relish de betarraga hecho en casa, también son una buena alternativa. Si puede decidirse, diga que le traigan una de cada una y problema solucionado.
Para los paladares más dulces, hay buenas opciones de repostería, pero la joya de la corona es la Tostada Francesa ($4.500, apta para veganos), con plátano brulée y una compota de berries en su justo dulzor. Gran ejecución.
También cuentan con una carta estacional de bebidas frías, donde incluyeron una versión propia del popular Mont Blanc ($5.100), con cold brew, syrup de durazno, crema semi montada con chocolate blanco y zeste de naranja.
Para el futuro, Paloma explica que “nuestra misión es pasar a tener una propuesta de brunch más completa. Incluir sánguches contundentes y una carta de almuerzo con proteínas y guarniciones que vayan rotando para que la gente pueda armarse platos a su pinta”.
Black Mamba no ha perdido su esencia. Un café impecable, una cocina directa y un espacio renovado que mantiene su misma calidez. Si ya lo conocías, volverás a sentirte en casa. Si es tu primera vez, difícil que sea la última.