Hay pocas cosas que marquen mejor la llegada del calor que sentarse frente a una docena de ostras recién abiertas, con un vino blanco bien helado al lado. Las conchas -ostras, almejas, ostiones- son parte del ADN del litoral chilena y aunque están disponibles todo el año, es cuando sube la temperatura que se vuelven realmente irresistibles. Llegan a la mesa frescas, con ese profundo sabor a mar que no necesita acompañamiento.
Los restaurantes que mantienen piscinas con mariscos vivos marcan la diferencia. Tener el producto ahí, nadando hasta minutos antes de llegar a la mesa, cambia le da una mayor profundidad a su sabor. Una ostra que estaba viva hace diez minutos no tiene nada que ver con una que llegó en camión hace algunos días. Esa diferencia se siente.
Chile produce ostras principalmente en Chiloé, mientras que las almejas y los ostiones vienen de distintas caletas de la zona central y sur. Pueden ser más o menos salinas, con matices que van del dulce al mineral. Comerlos es lo más cerca a tirarse un piquero al mar y casi se pueden escuchar las olas.
Aquí nuestra selección de restaurante con piscina para comer una buena concha, probada y aprobada por Guía Comino.
Este local de Factoría Franklin que abre solo de viernes a domingo es uno de los imperdibles cuando si hablamos de comer conchas. Las ostras que tienen actualmente en su piscina llegan desde Quetalmahue, en Chiloé y son las protagonistas absolutas. Las separan por tamaño y su precio va de acuerdo al calibre. Seis ostras pequeñas van en $4.200, mientras que la bandeja de seis ostras de calibre exportación cuestan $8.400.
Además de las ostras, hay otras joyas de nuestro mar como piures, picorocos y, cuando no están en veda, erizos. Todo fresco, directo de la piscina. Doña Ostra es un don panorama de fin de semana.
El cada vez más reconocido restaurante de cocina de playa de los hermanos Raide es actualmente uno de los hotspots de la gastronomía santiaguina. Ubicado en plena avenida Alonso de Córdova, Casa Las Cujas ocupa actualmente el lugar 72° del ranking de The World’s 50 Best Restaurants. Cuentan con piscinas con ostras de Calbuco, almejas de Carelmapu y ostiones de Tongoy que se sirven en su concha acompañadas de limón. Directo de la piscina al plato.
Imperdibles son también sus arroces o sus pescados a las brasas, donde aprovechan el mejor producto disponible que entrega nuestra costa.
En la esquina de Tegualda con Lautaro, Barrio Italia, se encuentra esta marisquería de barrio que se cada vez suma más adeptos. En Marina Mar de Tapas trabajan solo con pequeña pesca y le compran directo a quienes extraen el producto. Las ostras y las almejas llegan desde Ancud, mientras que los ostiones y las machas vienen de Tongoy. Las 6 ostras o las 6 almejas salen $7.990 y por mil pesos más puedes pedirlas con salsa acevichada, verde o pebre. Los 6 ostiones están a $8.990, o $9.990 si los quieres gratinados.
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Su agradable terraza en una calle poco transitada es el escenario perfecto para disfrutar de una buena concha bajo el sol, con un semillón, un chardonnay o un sauvignon blanc de su cuidada curatoría de pequeños productores.
Restaurante de CV Galería que cuenta con un Oyster Bar, una piscina de ostras que se sacan en el momento, como gran atractivo. Tienen ostras chilenas ($6.000), de semi exportación ($8.000), exportación ($10.000) y japonesas según disponibilidad, todas de la Isla Grande de Chiloé. Las puedes pedir al natural o con preparaciones como la Chalaca de salicornia, la Chalaca de Ulte o la Acevichada.
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Un lugar ideal para ir en pareja y comenzar con el Brindis Marino ($33.000), 12 ostras chilenas con una preparación a elección más una botella de espumante Miguel Torres.
El restaurante de los hermanos Gabriel y Mauricio Bustos, es un referente si hablamos de cocina de mar. Tanto en su local de Providencia como en el de La Cisterna cuentan con piscinas de agua salada de donde actualmente sacan ostras y almejas en el momento. Las almejas (Ancud) salen $9.900 la docena y las ostras (Calbuco) $11.900. Las almejas también pueden pedir al matico ($10.900) y dan la opción de servirlas con piure para potenciar aún más su sabor.
Además del producto fresco, vale la pena probar sus empanadas fritas de pino piure ($3.900) o la de jaiba con queso ($4.900).
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Cala El Mañío mantiene la esencia de la cocina de mar chilena con productos frescos que llegan directo de pescadores y buzos arponeros. Su dueño, Nicolás Glasinovic, tiene más de 30 años de experiencia en cocina de mar y se nota. El restaurante tiene acuarios a la vista con ostras vivas, ostiones, almejas y -cuando están en temporada- centollas.
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Las ostras son las favoritas de la casa. Aquí encuentras las de borde negro ($17.800, 12 unidades), que llegan directamente desde Chiloé. Prueba también las Almejas Cala ($14.800), con cebolla morada, palta, cilantro, limón sutil y jugo de tomate aliñado.
