El Mediterráneo cobra un sentido completamente nuevo con la cocina de Dagán. No hablamos solamente de pasta italiana ni de tapas españolas. Aquí entran en juego los mercados de Estambul, el aroma de las especias en las calles de Marrakech y el calor de un pan pita libanés. En lugar de encasillarse, aquí expanden el Mediterráneo hacia el norte de África, Grecia, Turquía, Siria, Egipto o el Líbano. Una cocina para explorar sabores distintos que no se encuentran en cualquier lugar.
Abierto hace poco más de un año, ha logrado sostener una clientela saludable gracias a una propuesta que toma como mapa los distintos bordes de ese mar, uniendo sus culturas, sabores e historias.
Con un salón amplio inspirado en la arquitectura de islas griegas como Mykonos o Santorini, una atmósfera distendida y un servicio eficaz, Dagan es de esos lugares que funciona tan bien en un almuerzo como en una cena. Ideal para compartir con amigos, colegas o esa persona que dice que le gusta probar «de todo”.
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Comience su viaje en el Mediterráneo con el Mix Mezze ($21.000), tres platos pequeños de babaganush, muhammara y labneh servido con pan pita recién hecho. La mejor forma de comenzar a descubrir estos nuevos sabores. El Feta batido ($10.500), que suma tomate cherry asado, aceitunas, pistacho, albahaca y aceite de albahaca, es otra buena alternativa para comenzar, con notas herbales que abren el apetito.
Uno de los favoritos de la casa es el Carpaccio de locos ($15.000), un ejemplo de cómo se integran un producto típicamente chileno en sus preparaciones: láminas de loco sobre salsa de coco y tahine verde, alioli de ajo negro, cebolla perla encurtida y palta. Una preparación elegante y bien equilibrada, que le hace justicia a su buena materia prima.
Entre los calientes para compartir, están los Kibbeh fritos ($12.500), croquetas de carne y burgol con relleno de res y cordero mezclado con avellanas, y los Manti dumplings ($11.500), otro de los platos que más salen. Una masa suave y crocante en sus puntas, rellena de carne de cordero y res, con labneh, salsa cítrica, almendras y hojas de menta. Un adictivo plato de contrastes entre sabores, texturas y temperaturas.
Otra categoría clave son los Flatbreads -similar a una pizza pero en forma alargada- como el de Fior di Latte ($16.000) con queso crema, setas, tartufatta, aceite de trufa y sal maldon; o el de Burrata ($16.000), con chutney de higo, jamón serrano crocante, balsámico y albahaca.
Entre los fondos, uno de los favoritos es el Kebab ($22.000), ya sea de cordero, pollo o res, con ese toque especiado tan característico. Viene acompañado de hummus, alioli de harissa, pan pita, arroz árabe y tabbouleh, para armar y desarmar a gusto. También el Spaghetti al pesto de pistacho y burrata ($17.500), con pesto de pistacho, crema, burrata, pistacho y aceite de oliva.
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En el broche dulce también encontramos la identidad del Mediterráneo: el tradicional Baklava ($7.500), un Babka ($7.500) relleno de chocolate y avellanas con salsa de toffee nutella y helado de mascarpone; o un Tulumba ($8.500), una masa frita rellena de ganache de chocolate blanco y pistacho, bañada en almíbar de Arak. Para los que buscan algo más ligero, el Helado de yogurt griego ($7.000) con praliné de almendra, aceite de oliva y sal maldon es una excelente opción.
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La barra, liderada por Christian Rossel, propone una coctelería técnica y con identidad mediterránea que está trabajada con tanto cuidado como su propuesta de cocina.
Hay tragos individuales y también jarras pensadas para compartir. Entre estas últimas, destacan el Clérico del egeo ($22.600), con sauvignon blanc, pisco, vermut bianco, tomillo, orégano y agua con gas -fresco, herbal y ligero- y el Tinto ibérico ($22.600), en la línea de lo que es una sangría, con cabernet sauvignon, gin, frutilla, tomillo, naranja y limón.
Para quienes buscan coctelería de autor, vale la pena probar el Té marroquí ($8.900), que combina whisky Johnnie Walker Black Label con gin infusionado en té verde, manzana verde y menta. O el Clover de frontera ($8.900), con Gin Bombay, jerez fino, vermut rosso y shrub de frambuesa.
Y si la idea es tomar algo sin alcohol, hay 3 opciones de mocktails. El Baklava pepino ($5.800), hecho con horchata de pistacho y almendras, agua de pepino y limón sutil, refresca sin empalagar y deja claro que en Dagan cuidan a quienes buscan alternativas sin alcohol.