Es tiempo de primavera. El sol juega a esconderse cada día un poco más tarde y las noches ya no hielan tanto como antes. La ciudad comienza a abrirse de nuevo a la vida al aire libre y las terrazas se convierten en el espacio ideal para encuentros o simplemente para contemplar cómo Santiago cambia de cara al caer la tarde.
Entre todas las alternativas disponibles, las terrazas en altura tienen un encanto especial. Nos regalan otra perspectiva de la ciudad, hacen de cerros y montañas parte del paisaje y nos permiten mirar la ciudad con nuevos ojos.
Aquí van cuatro lugares que combinan buena vista, ambiente y una coctelería ideal para disfrutar en esta estación.
En el piso 17 del AC Hotel Santiago Cenco Costanera, Luna Bar nos regala una de las panorámicas más hermosas de la ciudad. Su terraza, amplia y siempre animada, entrega una imperdible vista sobre el Cerro San Cristóbal, con mesas ubicadas estratégicamente para disfrutar del paisaje.
Su barra cuenta con una de las mejores propuestas conceptuales de coctelería de autor del momento y se aprontan a lanzar una nueva carta que promete elevar una vez más su nivel. Para acompañar, la cocina propone tapas de espíritu mediterráneo y platos pensados para compartir con el sello del chef Sergio Barroso, que funcionan tanto en un after office como en una salida en grupo.
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La terraza del Hotel Magnolia se siente como un pequeño refugio escondido justo al lado del Cerro Santa Lucía. Su diseño elegante dialoga con la arquitectura patrimonial del edificio y crea un ambiente íntimo, ideal para una cita o una buena conversación con amigos al atardecer.
La barra combina coctelería clásica y de autor, pensada para quienes disfrutan tanto de un buen Negroni como de un trago con sello propio. A eso se suma una propuesta de cocina de bar diseñada por el chef Pedro Chavarría, con platos como la Chorrillana Magnolia ($18.000), preparada con filete de res, papas fritas caseras, cebolla glaseada, setas y un toque de crema a la mostaza. La experiencia se completa con una cuidada curatoría de vinos, que incluye etiquetas de Villard, Reta y Casa Vigil (Mendoza), además de varios íconos nacionales y champagnes.
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El Hotel Luciano K está ubicado en pleno bario Lastarria y es reconocido como uno de los edificios ícono del art decó santiaguino. Pocos saben que guarda en su séptimo piso una de las terrazas más singulares de la ciudad con una hermosa vista sobre el Parque Forestal.
Su propuesta de cocina ofrece varias opciones de tapas y platos para compartir y disfrutar junto a su oferta de cócteles clásicos. De martes a jueves hay un happy hour con 30% de descuento en toda la carta (excepto vinos y espumantes), incentivo inmejorable para visitar con amigos después del trabajo.
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En Lo Barnechea, Ceiba propone una experiencia distinta a los rooftops más céntricos. Su terraza no es tan elevada, pero su emplazamiento en la precordillera le da una vista privilegiada a luces de la ciudad con las montanas como telón de fondo.
Su bien lograda cocina explora los sabores de la Amazonía. Entre sus platos más representativos están La Pesca ($17.500) pesca del día asada al carbón en hoja de plátano o el Cerdo Guayaba ($22.000), un costillar cocinado seis horas con demi-glace y salsa BBQ de guayaba.
La barra habla el mismo lenguaje tropical, con cócteles de autor que utilizan ingredientes como maracuyá, cacao, mango, coco o banana. Una terraza que invita a escapar del incesante movimiento de la ciudad sin necesidad de salir de ella.