Al cruzar la puerta giratoria de madera de El Sindicato, de inmediato se siente un cambio de ritmo de ambiente. Adentro, esa estética industrial tan característica del Jardín Mallinkrodt se combina bien con las plantas que decoran el fondo del local. Al centro, una imponente barra en forma de U domina el espacio como un escenario. No hay dudas de quién es el actor principal de esta obra.
El Sindicato, originalmente fundado por Camilo Solano –ganador de World Class 2022- reabre sus puertas con un renovado equipo creativo. Se suma Paula Troncoso, la primera mujer campeona nacional de coctelería, y Valentín Fuentes, ex jefe de barra de La Ronería, quienes aportan oficio y una visión más a largo plazo a este regreso.
El proyecto nació en 2020 como un delivery de coctelería durante la pandemia y ganó fama desde el boca a boca. Luego tuvo un espacio físico dentro del restaurante Bao Mamba y más recientemente funcionó de forma itinerante y a través de pop-ups en otros bares.
Hoy, El Sindicato regresa en su versión más consolidada hasta la fecha. Ya no como un delivery, tampoco en un espacio ajeno ni en formato de pop-up. Por primera vez cuenta con un local propio que abre de martes a sábado de 19:00 a 03:30 horas, para desarrollar su propuesta de “do it yourself”, donde todo lo que sirven está hecho por ellos mismos, desde los cordiales, hasta los macerados, desde los siropes hasta las espumas.
Lo primero que llama la atención de la carta de carteles de El Sindicato son las dos opciones que tienen en formato draft. No se trata de una rareza técnica, sino de una forma más amigable de beber, donde el trago se sirve directo desde el barril, gasificado y bien frío. Una entretenida alternativa a la cerveza.
Uno de ellos es una Sangría ($5.500), hecha con vino, cordial de navegado, solución ácida, licor de durazno y maracuyá en pulpa clarificada; el otro, el Clear Paina-Colada ($5.500): licor de coco, piña y ron en una reversión ligera de la piña colada, cremosa y sin pretensiones.
Su carta de cócteles actualmente se encuentra en soft-opening y consta de cuatro opciones que siguen esa línea juguetona, con un buen manejo técnico de fondo. El Bendito Daiquiri ($6.990) -ideal para comenzar- es fresco y amigable para distintos paladares. Hecho con ron blanco, cordial de palo santo, licor de coco y jerez, coronado con un aire de coco.
En una línea más golosa está el Duraznos a las brasas ($6.990), bourbon, duraznos grillados, licor de caramelo y mantequilla, aceto balsámico y sirope de caramelo salado. Se ahuma y se termina con una espuma hecha de calpis, crema catalana y frangelico, detalles hacen de este cóctel estilo old fashioned algo distinto, único y con personalidad propia.
El Inmigrante ($6.990) es otro que será el favorito de muchos por lo fácil que es de tomar. Frutillas y frambuesas procesadas con una enzima para descomponer la pectina, luego se filtran y mezclan con tequila reposado, licor 43 y té de jazmín. Un cóctel con clase y elegante, de un color rubí profundo que enamora y un delicado final ahumado.
El Santo ($6.990) -nombrado en honor al popular luchador mexicano- es pura provocación: tequila macerado en nachos, cordial de chipotle, agua de tomate y limón clarificado. Un guiño a México en toda regla que te lleva de sopetón a las paradisíacas playas de ese país. Órale wey, este sí que está chido.
Para quienes buscan cócteles clásicos, también hay certezas: un Rum Old Fashioned ($7.990), bien equilibrado a pesar del dulzor natural del ron y un Martini Dry ($7.990) que llega frío y limpio, como tiene que ser. Aquí se comprueba que hay ejecución y cuidado en lo que hacen. Un verdadero cocktail bar.
“Somos bartenders haciendo un bar. Ese es el único secreto”, dice Paula Troncoso. Y se nota. La reapertura de El Sindicato entusiasma a los fanáticos de la coctelería y aporta una necesaria energía a un Bellavista que parecía a la deriva. Con proyectos como este, y las próximas aperturas de Siete Negronis y La Vermutería, el barrio empieza por fin a sacudirse la modorra y a recuperar su pulso nocturno.