Escrito por: un perrito abandonado que encontró su hogar.
¡Guau, guau! Dicen que somos el mejor amigo del hombre y parece ser que por fin los humanos nos están tratando como tal. Siglos y siglos tardaron en entender que el cariño y la amistad se demuestra con espacio, comida y libertad para que podamos correr tranquilos. Algunos días basta con un paseo corto por el barrio o alguna plaza, pero hoy también existen sitios donde los perros somos el centro de atención y los detalles están pensados para nosotros. Human friendly, le dicen a estos espacios.
En estos lugares el paseo es mucho más completo. Podemos correr, jugar con otros perritos y socializar al igual que en el parque o en un canil, pero además nos regalonean con galletas, helados, huesos y juguetes de todo tipo. Lo mejor de todo es que para nuestros humanos, el paseo también es más entretenido.
Aquí te cuento sobre tres de mis favoritos, probados y aprobados por Guía Comino:
En Maple’s Pet Café los humanos son los invitados y nosotros los anfitriones. Ellos se sientan en sus sillas, muy erguidos y serios, mientras nosotros tenemos a disposición un amplio espacio con pasto sintético, zonas para correr y un gran árbol en el centro que se convierte en punto de encuentro, sombra y el lugar perfecto para una buena siesta.
La carta es una delicia de principio a fin. Hamburguesas de vacuno, pollo o pescado ($3.500) con ingredientes naturales. De postre, el Helado de pollo y frutas ($5.000) es un clásico, aunque el de vacuno también tiene muchos fans.
También hacen celebraciones especiales. He visto perritos de cumpleaños con Tortas hechas de vacuno, avena y verduras, con frosting y decoración incluida ($7.900). A los humanos les encanta sacarle fotos, pero lo único malo es que no me convidaron.
Mientras ellos disfrutan su propio menú -con sánguches, pastelería y hasta opciones de almuerzo- nosotros también podemos comer alguna de las maravillas que ahí preparan. Si el cuerpo pide descanso, hay camas disponibles que en general las usan los más viejitos. Los humanos se quedan felices sentados conversando y nosotros, con la panza llena y nuestra colita moviéndose furiosa, conseguimos que el paseo sea un poco más largo.
Bigotes Pet & Coffee es una mezcla perfecta entre cafetería, tienda y centro de juegos. Apenas cruzas la puerta, el aire huele a café de especialidad recién molido para los humanos. Hay un gran patio donde ellos se sientan a conversar, mientras nosotros jugamos, corremos, olfateamos y hacemos nuevos amigos, el verdadero motivo del paseo.
El lugar tiene un sinfín de detalles pensados para nuestro bienestar. Uno de mis favoritos es el Lickymat, una alfombrilla que viene con una sabrosa pasta, ideal para calmar la ansiedad y mantenernos entretenidos mientras la limpiamos con la lengua. Apenas escucho esa palabra mis orejas se levantan solas.
Ahora que hace más calor, mi humano me da una refrescante Paleta helada de salmón ($2.200) que me ayuda a regular la temperatura, aunque mi premio favorito del lugar es sin duda la Dona de colágeno sabor pato ($2.990). También cuentan con unos corrales chiquitos para que podamos comer tranquilos sin que otros perritos nos molesten.
En Bigotes también hay una peluquería perruna y una tienda donde los humanos suelen caer en la tentación de llevarnos juguetes nuevos. Aquí todos nos relajamos, nos divertimos y es tan entretenido que nadie se quiere ir.
Con locales en el Parque Bicentenario y Santa Rosa de Apoquindo, Eat & Bark es el paraíso para los amantes de los helados perrunos. Aquí todo gira en torno al placer de compartir una delicia juntos, porque hay opciones para los humanos y para nosotros. La experiencia es para ambos..
También tienen otras increíbles preparaciones por las que esperaría sentado días enteros. Un ejemplo es el Puppuccino ($2.000), una delicia cremosa hecha con leche de coco y miel. También hay Galletones de cerdo ($2.000), Dogi Palomitas de vacuno ($2.500) y Helados ($2.000) de carne y frutas que también son aptos para gatos.
Además del banquete que podemos darnos, como estos carritos están ubicados en parques, se puede aprovechar de correr, descansar bajo los árboles o convencer a nuestro humano con un par de miradas que nos compre un juguete nuevo (porque, sí, aquí también los venden).
Lo mejor de todo es que hay tarjetas de fidelización, así que en un par de visitas más podré ir a buscar mi helado completamente gratis. Dicen que no debemos mendigar comida… pero ¿cómo resistirme si huele tan bien?.
Un paseo común se vuelve algo mucho más placentero en Eat & Bark. Mientras los humanos disfrutan su café mirando el parque, nosotros encontramos nuestras propias razones para ser felices. Siempre salgo con la lengua afuera y el corazón latiendo tan fuerte como cuando escucho la palabra ‘VAMOS’.