Ubicado en una casona de 1800 en pleno Barrio Lastarria, Oda combina patrimonio y modernidad en un espacio que busca rendir tributo a Chile. Su propuesta, bajo el lema “Gastronomía honesta (con historia)”, recorre el país a través de platos que reinterpretan clásicos locales sin perder su esencia. Desde el chupe de jaiba presentado como dip hasta la lengua braseada con demiglace de dátiles, cada preparación conecta con el territorio y sus productos. La coctelería, inspirada en los valles y zonas pisqueras, refuerza ese relato. Oda es parte de una nueva generación de restaurantes que revalorizan la cocina chilena y le devuelven el protagonismo que merece.