Ubicado en el Cerro Alegre, podrías rezarle a su marina vista o al bello comedor en lo que fue el emblemático La Colombina, en Paseo Yugoslavo. Pero hay más porque sentarse en Circular Valparaíso, es navegar con las temporadas de lo que entrega el mar. Eso sí, hay clásicos inamovibles. Como el Caldillo de congrio, aquí un verdadero tesoro que deja ese saborcito de toque ahumado en boca. También sus Langostinos patagónicos con bechamel y anís, para macharse, chuparse los dedos y gozar con ese trozo de pan bien untado en la salsa. Se acordará de nosotros.
El servicio es cálido, a veces pausado, y es usual escuchar la risa de Cristián Gómez, amo y señor de su buque, un gentil porteño que saluda y sonríe a sus clientes. Este cocinero sabe de mar, de sabor y productos que dejan felices a los comensales. ¿Hay novedades? muchas, recuerde que el mar también tiene temporadas y su menú va cambiando, por eso siempre habrá alguna sorpresa fuera de carta. Los fines de semana se enciende la parrilla, para estar atentos. Además hay servicio de cafetería con buena pastelería. Mucho insumo local que busca lograr economía circular de la zona.