En una casona de 1900 restaurada en Santa Isabel, Pausa es la nueva cafetería de especialidad que nació como emprendimiento de pastelería casera durante la pandemia. Dos chefs de profesión comenzaron vendiendo pasteles desde casa y hoy tienen su propio local. Trabajan con café de Pickers Coffee y su filosofía es clara: precios accesibles para tener clientela que vuelva cada día. El filtrado cuesta $1.000 de 7 a 10 am. Su pastelería es casera y fresca, con opciones como Queque de Limón, Brownie o Carrot Cake. Para desayunar hay Paila de Huevos , croissants con salmón o tostadas con hummus casero sobre pan brioche. Un lugar honesto, sin pretensiones, pensado para ser esa pausa que todos necesitamos.
 
								 
 
 
 
 
 
