Detrás de la fachada de Beasty Butchers se esconde un concepto íntimo que se convertirá en el favorito de muchos. Esquina Brava, el nuevo proyecto de Martín Cosmelli, tiene un ambiente con luces rojas, jazz y una gran barra que le entrega un espíritu de bar. Este espacio nació originalmente como el laboratorio creativo de Fiero Restaurant -otra apertura que llega antes de fin de año-, pero se ha convertido en un lugar con alma propia, carácter y una propuesta bien definida.
La carta se centra en dos ejes: tártaros y pizzas. Destaca el rosbif ($9.000) de lomo liso sellado, acompañado de mayonesa casera amostazada, zapallo encurtido, semillas de mostaza, chimichurri ahumado y semillas de zapallo garrapiñadas, un plato cargado de capas otoñales y texturas. En cuanto a las pizzas, apuestan por una masa delgada pero más firme que una napolitana. La Stracciatella Pepperoni Miel ($12.500) ya es favorita de la casa, pero también brillan otras como la Carbonara ($11.500) o la Osobuco Médula Chimichurri. Ideal para visitar con amigos o en pareja, jueves y viernes.